Un sitio demasiado personal

Bienvenido al blog. Este es el diario personal de Jorge Cocompech. Encontrarás artículos relacionados a Filosofía, reseñas tecnológicas, sobre algunos discos que escucho a lo largo del día, audios hechos podcast, y algún tip para TXP

+ sobre Jorge Cocompech »

Escrito

Caja Negra según Flusser



(escuchando “Kerala” de Bonobo)

Si hay algo que aprendí en los últimos años —y créanme, aprendí poco, pero lo poco que aprendí fue muy caro—, es que la filosofía de la imagen no se trata de lienzos bonitos ni de la iluminación perfecta. Ojalá. Se trata de gestión. Se trata de saber quién te cuenta, cómo te cuenta y, sobre todo, si tu cuerpo ya fue catalogado como un activo o un pasivo en la gran hoja de cálculo global.

Cuando te pones a leer a esta pandilla de autores —Flusser, Debray, Rancière, et al— te das cuenta de que lo que tienes en las manos no es una bibliografía, es un manual de supervivencia para la era de la visibilidad obligatoria.

Capítulo I: Cuando el Aparato te Explicó que Tu Vida ya estaba Programada

Empecemos con Vilém Flusser. Un genio, claro. Pero también un aguafiestas con un sentido del humor tan negro que parece un software sin parchear. Nos explicó, sin tapujos, que el aparato (su “caja negra” ) no era solo la cámara que usas para tomarle fotos al perro. No, hombre. El aparato fotográfico es el arquetipo de todos los aparatos contemporáneos, desde la administración pública hasta los microchips.  

Su tesis es brutalmente simple, y por eso sigue siendo incómoda: Nosotros creemos que estamos siendo creativos con la técnica, pero en realidad solo estamos jugando con el aparato para “obligarlo a revelar sus potencialidades”. Es decir, el programa ya está escrito y nuestra supuesta libertad consiste en agotar las variables que el diseñador dejó. Somos como chimpancés sofisticados tratando de hacer breakdance con un algoritmo. La fotografía, por lo tanto, no es una copia del pasado; es una visualización , una proyección de un futuro ya programado. Qué alivio, ¿verdad?  

Régis Debray, por su parte, le pone la guinda política a este pastel tecnológico. En su teoría de la Mediología, nos dice que cada técnica de transmisión crea un tipo de Estado. Pasamos de la Logosfera al papel (Grafosfera/Estado Educador) y, finalmente, a la Videosfera/Estado Seductor.

¿Cuál es la estrategia del Estado Seductor, que es donde vivimos ahora?
Sencillo: no te reprime, te infantiliza.

“La disminución del peso relativo de la escuela en la videosfera fue acompañada por una dilatación de los espacios de aprendizaje… todo se convierte en saber y la idea de saber se desvanece.” Régis Debray.
Es decir, transmitimos más que nunca, comunicamos menos que siempre, y el poder ya no necesita una guillotina, sino un influencer. El control se ejerce mediante la seducción, y nosotros, como niños con un control remoto, nos conformamos con la autoridad nominalmente disminuida.

No te asustes, simplemente navega.

Capítulo II: El Cuerpo: de Medio Original a Sujeto Mudo

Aquí es donde entra el Cuerpo, el gran damnificado de la Fotosfera y la Videosfera.

Hans Belting nos recuerda que, históricamente, el cuerpo es el medio original de la imagen. Antes de las pantallas, estaban las máscaras, los ritos. El cuerpo era el soporte “no-inerte” que ponía la imagen en escena. O sea, la imagen siempre ha tenido que ver con los ritos de la ausencia (la muerte, la presencia del que no está).

Pero si Foucault tiene razón con la biopolítica, el poder moderno no te mata, te administra. Tu cuerpo es un objeto de cálculo y gestión (la somatopolítica). Y aquí es donde Giorgio Agamben, con su aire de profeta bíblico, mete su bisturí. Influido por Debord, nos dice que el capitalismo espectacular nos reduce a una “vida desnuda” y nos deja mudos, mientras el espectáculo habla ininterrumpidamente.

¿Tenemos control sobre el cuerpo?


¿Nuestra resistencia? El gesto.  

El gesto no es acción productiva; es la “exhibición de una medialidad,” la comunicación de la comunicabilidad misma. Es un acto que se retira de la sumisión a los fines utilitarios. En un mundo donde todo tiene que ser un fin (productivo, vendible, viral), el gesto es el equivalente a dejar de teclear, sentarse y mirar al vacío, sin un propósito claro. Es la inoperosidad radical que se emancipa de la programación. Un acto de rebeldía tan simple que resulta casi poético. O estúpido, depende de tu cuenta bancaria.

Capítulo III: Rancière y la Pelea por Quién Aparece en la Foto

Todo esto nos lleva al ring de la política. ¿Cómo se resiste uno al Estado Seductor y al Programa de Flusser?
Jacques Rancière tiene la respuesta: no se trata de opinar, se trata de hacerse visible.

Para Rancière, la política es fundamentalmente estética. No es gobernar, es reconfigurar el reparto de lo sensible. Este reparto es lo que define quién tiene derecho a ser visto, quién tiene tiempo para hablar y quién no es ni siquiera “contable” en la comunidad.  La política es el desacuerdo que interrumpe ese orden. Cuando el cuerpo anónimo (el “no-contable”) se hace visible y se pone a hablar donde se supone que solo debe haber silencio, eso es política.  

Y aquí se pelea con Didi-Huberman sobre “Lo Intolerable” :  
Didi-Huberman defiende que el fragmento de la imagen, ese pedazo borroso (como las fotos de Auschwitz), es lo que nos exige la imaginación política, el grito ante la historia. Es la fuerza del anacronismo : el pasado irrumpe en el presente para liberar un futuro emancipador.  

Rancière le teme a esto. Piensa que obsesionarse con lo “irrepresentable” o el trauma sublime corre el riesgo de caer en la fetichización o la metapolítica. Para él, la política debe seguir siendo el funcionamiento estético, el libre juego de hacer visible la igualdad.

En resumen, la lucha es:
  1. Rancière: ¿Quién está en el cuadro y tiene derecho a hablar? (Lucha por la igualdad sensible).
  2. Didi-Huberman: ¿Cómo el cuadro irrumpe en el presente para romper el tiempo? (Lucha por la imaginación testimonial).

Si lo sumamos todo, llegamos a la corpo-política, que no es otra cosa que el diseño de lo común: hacer ver las distinciones y los cuerpos excluidos. La política narra y delimita tu cuerpo. Nuestro trabajo, visores lejanos de la filosofía de la imagen, es poner en crisis esa narración.

Espero que esta anotación de blog, sirva para nuestro propósito. El hilo conductor es claro: el cuerpo como campo de batalla entre el cálculo técnico y la potencia crítica de la imagen fragmentaria.

Autor

Comparte esta anotación en:


Categorías ,

Escrito

Hazlo por el placer de escribir.

  1. ¡A practicar se ha dicho!
  2. Escribo en distintos frentes: mensajes largos como la cuaresma. En los pequeños momentos que me toma escribir una reseña de algún disco para Facebook (sección que debería tener aquí en el blog). Audios que parecen radionovelas para los amigos vía WA. Sin embargo, frente a este medio no lo hago. Debería tomarme esos minutos conscientes y escribir como lo hacía tiempo atrás. Dejar correr las ideas entre el teclado y los bits que emergen en la interacción física/virtual.

    Por dejar el overthinking y darles esa tangibilidad. Por dejar ese lado cómodo de no hacerlo.

  3. Por recuperar el hábito
  4. Después de leer Hábitos Atómicos, sucedió algo… Recuperé el ánimo de escribir. No es fácil. De hecho (haciendo la analogía correspondiente), me sentí fracturado. Débil. Como si me hubiese estrellado en la fatídica nostalgia. De los ayeres y el revival de los blogs. Eso, no regresará.

    ¿Las razones? Merecen otro post ;)
    De lo consciente, es que todavía hay público y nichos para los lectores. Aquellos que quizá, estén buscando el aliento necesario para escribir. A emocionarse como si cada anotación fuese su primera vez.

    ¿Quieren que sea franco?
    Es la sensación que pasa por la mente cada vez que publico algo.

    Este hábito, impulsa otros: la recuperación de la lectura para dar(me) la oportunidad de escribir y emitir una opinión (no será en todos los casos), de re-aprender a escribir para alentar a otros a hacerlo. De conectar con esas personas que quizá, huyen del social media activo todo el tiempo y buscan otros lares digitales.
    De cabalgar una y otra vez, entre los feeds de otros locos en esta aventura por (ob)tener el ejercicio más claro para nuestra mente en su interacción con las teclas del computador: escribir como ejercicio y alimento para la mente y el alma.

  5. Por seguir aquí

  6. (como mera realidad/ficción virtual), escribir sea eso que alguna vez mi terapeuta me negó a hacer:
    Hacerlo como si esto fuese una válvula de escape. Por hallar algo que la mente aún (si, aún) quiere aprender a entender. Quizá no sepa pintar como muchos de los amigos, x-teros (bueno, twiteros, ), behance-ros y demás tribu. No ejecutaré de manera armoniosa y excelente mi guitarra y no subiré N cantidad de videos para ser parte del inmenso universo del vlogs.

    Escribir, es el ejercicio de mayor acceso hoy día. Todos podemos escribir. La question elle-même (la cuestión en sí) será tomar el desafío de hacerlo de manera constante. El ranking y el SEO puede irse lejos… Al lugar menos adecuado para un marinero. Quiero volver a la emoción de escribir sobre la vida, la filosofía, compartir microhistorias y quizá, quizá… Un video esporádico en TikTok.

Autor

Comparte esta anotación en:


Categorías ,

Escrito

Foto de Jorge Cocompech en modo Selfie


La primer elección.

Desde niño, siempre me llamaron la atención estos seres míticos. Soñaba con cabalgar uno.
Durante la N cantidad de juegos, siempre me visualizaba corriendo sobre el mar, acompañado de colibríes a mi alrededor. Todos buscaban tener un caballo como Rocinante, Tornado o algún otro como 30-30.

En mi mente, solo tenía un nombre: Orión.

Cuando leí Platero y yo, podía imaginarlo tan blanco y ligero como las nubes. Veloz como el viento. Dócil en todo momento. Valiente cuando se requería. Y siempre se despedía lamiendo mi cara todas las noches.

El sueño

Con los años (y viendo que la situación no era tan fantástica), me hice de otros avatares. Y las historias se fueron formando. Fueron naufragando en otros lugares. Pero Orión, se quedó en ese lugar bello de los días de juego con mis primos y con los amigos de la infancia.


Conforme fui creciendo y viendo más la popularidad de este fantástico ser, comencé a recordar mis días de infancia en Chetumal. De las tardes en la mente (mientras pregonaba pan casero por las últimas calles del centro) Orión corría a mi lado. Me gustaba sonreír y reír con él. Correr entre las banquetas de aquella ciudad. Esconderme entre los patios de los vecinos y jugar a las escondidas con mi unicornio. En algunas ocasiones, nos subíamos al techo de la casa y mirábamos el atardecer.

¡Mira Orión! ¡Esa nube es igualita a ti!

Orión: Mi guía astral.

Durante el año 2020 me hice una serie de tatuajes. La vida de una manera u otra, me fue llevando a ese rincón inconsciente. Diseñarlo, me llevó algo de tiempo. Sabía qué elementos estarían en la piel. Lo que en ese momento no sabía, era el poder de las mismas (y el día de hoy, soy muy feliz de dicho descubrimiento).
Dentro del cinturón de Orión que diseñé, usé líneas y puntos. Hoy, tengo las cosas más importantes con él.

Este año, re-descubrí mi amor por los unicornios a través de Paloma. Hace unas semanas, adquirieron este cuerno de unicornio y me lo puse. Recordé a ese niño que siempre deseó estar con Orión: ganando batallas, correr sobre el azul del mar, encontrar a la princesa entre el claroscuro del amanener. Ese niño que deseaba tener su familia de unicornios. Alegre y juguetón.

Ahora, sonrío con alegría. Ahora comparto con ella, ese sentimiento de amor a las cosas fantásticas de la vida.

Hoy, elijo ser unicornio.

Autor

Comparte esta anotación en:

Escrito

(escuchando “No es para palabras escritas” de Ocio)

La felicidad de las buenas noticias

Hace poco más de dos meses, estoy colaborando como bisne partna’ de un estudio de diseño.
Hace poco más de dos meses, estoy muy contentito (como los tomatitos) con mi novia-cómplice Ucum.

Y me dieron ganas de compartir con ustedes, esta experiencia.

¿Por qué?

Siempre es bueno aprender a compartir. Ya sea conocimiento, una taza de café, tirar algunas líneas de código, una plática al celular, el intercambio de mensajes, emojis, stickers (¿Messenger 1999?), audios y demás. Compartir, re-significa la compresión de un tema en especial (igual y todavía sirve la materia que llamo cerebro).

Con Ucum, he pasado varios minutos y horas platicando de nuestros trabajos, de nuestros anhelos y sueños por cumplir. Sobre la Filosofía, la relatividad, los espacios que no conocemos y demás. Me ha ayudado a comprender mucho mejor, ciertos escalones de la vida a través de su joven sabiduría, paz y amor. Estoy agradecido por esos momentos. Me reta a crecer en todo momento. Me agrada la idea y da pie a re-considerar las estructuras de pensamiento en cada instante. Siempre para mejorar.

Eso, es lo que alguna vez Gabriela (de quien ya sabrán pronto) me decía:

Alguien que te rete intelectualmente… Que no sea tu competencia, sino el complemento necesario para crecer. La “Gaby”

Y así ha sucedido en estos meses. Micro-retos de menor a mayor grado.
Gracias, Paloma. Eres mi cachito de Luna.

Una vez escrito esto:

¿Qué es eso de business partner?

Siendo honesto, cuando me propusieron el puesto, tenía una ligera idea de qué papel podría jugar en una empresa con las características, aptitudes y actitudes. Respuestas claras y contundentes, trato humano, respeto por el trabajo del equipo (tiempo y apoyo), crear presupuestos, conocer y tener el brief óptimo de la cartera de clientes (a los cuales voy conociendo de mejor modo, día a día), crear líneas de tiempo para entregables, dirigir ciertos equipos de acuerdo al expertise y desafíos en cada proyecto. Contar con planes alternativos para lidiar con algunas situaciones incómodas tales como: falta de material por parte del cliente, el no cumplimiento de ciertas claúsulas, re-afirmar los no ante momentos dentro de la fase de desarrollo, ajustes, crear los “testigos” de cada ronda de cambios y demás.

Un business partner trabaja con la parte creativa del equipo para lograr una empatía-simpatía en todo momento ante situaciones diversas. No sólo dentro de las redes sociales, sino también ante diversas ocasiones especiales. Es el rostro de la empresa ante cliente .
Siempre (sssiiiieeeemmmppreee) todas la decisiones a tomar, son peloteadas (anticipadamente) con el CTO y CEO de la empresa. A veces, es bueno improvisar (así como John Coltrane y Miles Davis lo hicieron en A Kind Of Blue)

Un business partner, debe estar enterado de todo lo referente a las tecnologías y herramientas a usar por parte de los equipos DEV, UI, y UX para cada trabajo. Debe tener el temple suficiente para llegar del punto A al punto B sin tanto rodeo. Explicarle al cliente paso a paso, los límites del proyecto y hasta donde puede tener injerencia.
Su responsabilidad es traducir lo técnico a lo cotidiano, así como cuidar (consentir) a los equipos.

Lo que he aprendido

Cuando los clientes desean cambios en la fase de desarrollo.

Esta experiencia fue bastante incómoda para el equipo en general, pues una persona con quien jamás había tratado, metió su opinión después de tener UX y UI aprobados. Todavía después de una eterna ronda de 6 cambios, nadie comentó nada al respecto. Cuando la “persona”(que conocí hasta ese día) vió el sitio ya en fase final (a dos de entregar), se le ocurre decir que le parecía pobre el contenido gráfico.

Uno: si llegan a este punto, respiren profundo, tomen aire y digan: Claro, deja lo checamos con el equipo y te mandamos la cotización correspondiente.

Dos: Si el cliente te dice es que ya pagué por el proyecto, le pones el ejemplo del carro de agencia.

Vas a la agencia, escoges el carro de tus sueños y al poco tiempo (después de la burocracia para adquirir el vehículo), ya está en tus manos… Ahora, cuando estás conduciéndolo, se te viene a la mente creo que estos rines no me gustan . Regresas a la agencia y pides unos rines para tu carro. Y pues lo obvio es que los cobren (a menos que te los regalen por tu linda cara).

Con esto, jamás sueltes una cotización a bote pronto. Recuerda que el respeto a tu equipo y a tu trabajo van por delante. Date 48 horas para evaluar la situación y aclara los puntos con cliente.

Tres: Manda la cotización. En caso de que se acepte, aclara la ronda de cambios (dos como máximo) y los vo. bo. para UX y UI. Firmados

Tiempo vale.

Una de las cosas que amo es la disponibilidad de tiempo que tengo. Desde hace más de 15 años trabajo de manera remota. Amen su tiempo y valoren el de su equipo. Los dailys ayudan mucho. Ya tenía rato de no estar en forma. Valoren el tiempo del equipo y cierren oficina la hora que les indiquen. No tomen llamadas después de su hora de salida. Ámense. Amen al crew y verán que todo fluirá de mejor modo.

Sigue aprendiendo.

Hay varias metodologías y mucho software. Dentro del estudio, usamos Slack para comunicarnos y Basecamp para tener en orden cada proyecto. De uso personal, ando en Trello y por ahí me quiero echarle ojo a OpenProject.

Disfruta y date estructura. ;D
Camina, sal a correr, ve de compras y de vez en cuando, consiente al cuerpo con alguna golosina.

Lee. Lo que te apatezca. Lee ;)

Autor

Comparte esta anotación en:


Categorías ,

Escrito

(escuchando Partisans de Ólafur Arnalds)

La primer forma.

En la búsqueda constante de esa voz y ese tono, ha pasado de todo. Después de leer, re-pensar y re-configurar parte del proyecto que traigo entre manos, decidí darle una vuelta al tenor del podcast. Sin duda, decidí regresar a ser “un explorador de historias”. Las que van añejándose al trote de los años. Unas, veladas por la vorágine de lo cotidiano. Mezcladas de olvido y cierto desapego a las mismas. Otras, hechas y escuchadas en los cafés, en la estación del metro, en las salas de hospital… En la cercanía de las situaciones menos indicadas.


Cartas Perdidas.

Hace bastante tiempo, escribí un número de cartas. Éstas, no tuvieron la oportunidad de llegar a su destino.
Por el miedo. Por la negación. Por furia.
Por mí.

¿Qué pasó en realidad?

Hoy, puedo ser franco con las cosas. O, dejarlas a un lado.
Por ejemplo, cuando no llevo los audífonos y ando en la calle, pienso en un ruido blanco. Eso, me permite concentrarme en lo que debo estar (o en ese caso, no estar). Ese mismo ruido blanco, lo tuve durante varios meses (a la par de hallar esas cartas escritas en la libretas a lo largo de los años). Ese mismo sonido, encontró hacer eco en ese lugar vacío. Y a partir de ahí, consideré lanzarme al precipicio.


No sé hacia qué lugar se dirijan estas Cartas Perdidas (solo hay una cantidad determinada y sigo en proceso de revisión-edición y adaptación al guión). Lo que puedo asegurar, es que será algo muy personal.

Oximorones Aleatorios

Cuando comencé la misión de re-leer-me con un juicio más claro, hallé algunos oximorones dentro de las cartas. Quizá, por ese deseo inalienable de encontrar la causalidad de los mismos. Eso, me abrazó en varios instantes (reflejados, justo en en punto del inflexión de “esa emoción”) y una que otra re-flexión al respecto. Sentí la necesidad de ser más “diplomático” y menos severo con la serie de contradicciones que somos (todos) en general. Así que, los oximorones serán parte de la temática de cada carta.

Ajá, Jorge Cocompech y ¿sólo harás eso… qué sigue? ¿cuándo lanzas los próximos episodios?

Estoy en la selección musical de los episodios. La música, es uno de mis pretextos favoritos para iniciar una conversación. Lanzaré cuatro episodios para terminar y cerrar esta temporada de exploración (así como el año)

¿Y ya?

Pues lo que me ha llevado a continuar con el podcast, es la cantidad de gente que está suscribiéndose.
Me motiva. Algo está pasando y los últimos episodios han tenido un singular número de descargas.
Aquí, es donde quiero ser agradecido con todos los que escuchan mis travesías.
¡Gracias!

¿Y el próximo año?

Dependerá de tres puntos al respecto.

El primero, es un podcast que escribo, produzco y edito: La Miscelánea.
Junto a Rulo, semana a semana, llevamos a la comodidad de su dispositivo de audio (y plataforma de streaming favorita) temas de interés en general, mezclado con una tónica algo desenfrenada y algo fachosa. Raúl, es un tipo muy “clavado” en el tema de criminología (por ahí tiene el MC y PhD en esos tenores). Vamos viento en popa y esperamos lograr ciertos objetivos para este cierre de año. Hay otras cosas que van sonando por ahí. Es cuestión de meditar y regresar a las olas del azul casi morado.

El segundo, es desmarcar lo que hago desde lo personal (la opinión política) hacia otro lar.
Sigo pensando que la Filosofía es parte de mi. Así que veré, si realmente eso pasa.

El tercero, va hacia lo visual. Tengo definido el tema. Lo que aún no lo logro cerrar (por el tema de hacer un buen proyecto) es el formato de salida.

Pd.
Espero terminar en estos días, la sección de podcast para este sitio.

Autor

Comparte esta anotación en:


Categorías ,